Las mujeres que experimentan una crisis de la mediana edad pueden mostrar un comportamiento impulsivo y cambiar sus intereses en las cosas que antes amaban. También pueden sentirse vacías, especialmente después de un período de tiempo dedicado a trabajar o a formar una familia. Las relaciones sexuales también pueden sufrir cambios sustanciales. Las mujeres que experimentan la crisis de la mediana edad pueden no querer tener sexo o haber perdido el interés por él. Algunas mujeres pueden incluso desarrollar el síndrome del nido vacío.
Cambios en el deseo sexual
Un reciente estudio de Bupa examinó el impacto de la mediana edad en el deseo sexual de las mujeres. Aunque algunas mujeres experimentaron una disminución del deseo, la mayoría informó de un aumento. Es probable que la menopausia y los cambios en los niveles hormonales contribuyan en gran medida al cambio. Sin embargo, la edad y el estado civil de la mujer también pueden afectar a su libido.
Muchos medicamentos pueden tener un efecto sobre la libido, incluidos los antidepresivos. Los anticonceptivos que contienen hormonas también pueden reducir el deseo sexual en algunas mujeres. Además, algunas enfermedades y condiciones pueden disminuir la libido. Las mujeres con anemia, insuficiencia renal, hipotiroidismo y depresión pueden perder el interés por el sexo. Si estos factores te preocupan, habla con tu médico y explora opciones alternativas.
Los cambios en el deseo sexual durante la mediana edad pueden afectar a ambos miembros de la pareja. El deseo sexual de una mujer de mediana edad puede aumentar, mientras que el de su marido puede disminuir. Esto puede dificultar el mantenimiento de una relación sana. Algunas mujeres pueden empezar a tener relaciones extramatrimoniales o considerar la posibilidad de salir con alguien más joven.
La crisis de la mediana edad de una mujer también puede conducir a un comportamiento impulsivo y a una pérdida de interés en las cosas que antes ocupaban su tiempo y energía. Puede sentirse sola e insegura de sí misma, y puede sentirse descontenta y deprimida. Su crisis de la mediana edad puede incluso provocar el síndrome del nido vacío.
El deseo sexual cambia durante la mediana edad y suele verse afectado por las hormonas. El ejercicio y la meditación pueden ayudar con los síntomas de la menopausia y mejorar la salud cardiovascular. Las mujeres también deben dedicar tiempo a dormir lo suficiente. El sueño es esencial para la producción de hormonas, y mejorar la calidad del sueño puede ayudar al interés y el deseo sexual. Además, reducir el estrés puede tener efectos positivos en la salud y el bienestar general. Los ejercicios de respiración profunda y la meditación son dos métodos excelentes para reducir el estrés y aumentar la libido.
Cambios en la ambición
Mientras que algunas mujeres experimentan la crisis de la mediana edad sin ningún problema, muchas otras tienen que enfrentarse a un cambio drástico en la ambición. Entender los cambios que pueden producirse puede ayudarte a aceptar esta época de cambios, que puede ayudarte a reavivar viejas pasiones y a encontrar otras nuevas. También puede ser el momento de explorar grandes sueños y responder a tu sabiduría interior.
Algunas mujeres pueden sentirse aburridas con sus carreras o relaciones, lo que puede ser un síntoma de la crisis de la mediana edad. Esto puede deberse a diversas razones, como la falta de energía. Puede que hayan alcanzado un alto nivel de logros en sus carreras anteriores y que ahora estén aburridas de sus trabajos. En cualquier caso, admitir una crisis de la mediana edad puede ser difícil y requiere honestidad.
La mediana edad es una época de transición, en la que asumimos nuevos roles en nuestra vida laboral y personal, y es posible que tengamos que cambiar nuestra imagen de nosotros mismos. Nuestra imagen de mediana edad se basa en los primeros años de nuestra vida, pero también nos formamos ideas de nosotros mismos en el futuro. Es habitual que las personas se aferren a imágenes anteriores de sí mismas, y que desarrollen otras nuevas basadas en nuestra percepción de nosotros mismos. También tenemos una conciencia creciente del envejecimiento. A medida que envejecemos, es posible que nos atormenten las relaciones pasadas y que alberguemos nuevos sueños de contribuir al mundo y a los demás.
En algunas mujeres, la crisis de la mediana edad se traduce en un cambio radical de carrera. A menudo están cansadas de sus trabajos actuales y quieren marcar la diferencia en su comunidad. El voluntariado es una opción factible, y puede ser un pasatiempo satisfactorio.
Cambios en las finanzas
Durante la crisis de la mediana edad, las mujeres pueden experimentar cambios drásticos en sus finanzas. Estos cambios pueden deberse a varias razones, como los cambios hormonales, el estrés financiero, la crisis familiar o el miedo al envejecimiento y a la muerte. Las mujeres también pueden experimentar cambios en su vida sexual. Pueden perder el interés por el sexo y sentirse solas. También pueden sentirse vacías debido a los cambios en sus carreras y relaciones familiares. La crisis de la mediana edad en las mujeres también puede ser consecuencia de la menopausia, que suele ir acompañada de dolor físico y pérdida de memoria.
Afortunadamente, hay opciones disponibles para que las mujeres puedan hacer frente a los problemas de la crisis de la mediana edad. Invertir en un plan de seguro de protección de ingresos es una forma de proteger las finanzas en caso de accidente o enfermedad. Del mismo modo, un seguro contra traumatismos puede ayudar a proteger a una persona contra un acontecimiento médico catastrófico. La crisis de la mediana edad en las mujeres puede ser difícil desde el punto de vista emocional, y la mujer debe tomar medidas para abordar estos problemas.
Las mujeres que experimentan la crisis de la mediana edad suelen sentirse culpables e insatisfechas. Pueden arrepentirse de su trayectoria profesional, sentir que no han logrado sus objetivos o preocuparse por el declive de sus capacidades físicas. Además, también pueden experimentar un cambio de responsabilidad a medida que sus hijos se vuelven más independientes.
La investigación debe centrarse en cómo los diferentes grupos experimentan la crisis de la mediana edad. Por ejemplo, el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento está llevando a cabo una iniciativa para abordar las disparidades sanitarias. Descubrieron que los adultos de mediana edad que experimentaron una recesión durante la misma sufrieron una peor salud física, inseguridad financiera y una menor sensación de bienestar. Las personas con niveles de educación más bajos también eran más propensas a reportar un menor bienestar financiero.
Cambios en la conciencia de sí mismo
El término “crisis de la mediana edad” se ha asociado a los hombres, pero las mujeres también experimentan este período de transición. Este periodo de transición se produce entre los 35 y los 50 años y puede estar asociado a un malestar psicológico y emocional. Puede ser desencadenada por una serie de factores, entre ellos los cambios importantes en la vida y una gran introspección.
Los psicólogos creen que la crisis de la mediana edad está causada por una compleja interacción de factores sociales, biológicos y psicológicos. Los síntomas de la crisis de la mediana edad en las mujeres incluyen depresión, sentimientos de soledad y una disminución de la creatividad. La cultura popular también ha creado una imagen estereotipada de esta crisis, que sugiere que las mujeres experimentan formas diferentes de ella que los hombres. Por ejemplo, se supone que las mujeres experimentan la crisis llorando, devaluando las relaciones y aferrándose a su juventud.
Este periodo de la vida puede conducir a preguntas existenciales, incluyendo qué hacer con la propia vida. También puede ser un periodo para explorar los valores fundamentales. Una vez que una persona ha identificado sus valores fundamentales, puede hacer cambios en su vida que se alineen con estos valores. Para ello, suelen ser útiles las encuestas VIA sobre los puntos fuertes del carácter.
Muchas mujeres entran en la fase del nido vacío durante su mediana edad. Han dejado de lado muchas de sus aficiones durante los años de crianza. Sin embargo, la vuelta a las aficiones puede ser rejuvenecedora. Esto es especialmente cierto si la mujer había descuidado una pasión o afición mientras criaba a los hijos.
El periodo de transición es un momento en el que las mujeres tienen que enfrentarse a su identidad y sus valores. También es una época en la que se aprende a quererse a sí misma y a aceptar la vida tal y como es. Las mujeres pueden beneficiarse de la autorreflexión y del compromiso con los demás durante este periodo.
Cambios en la carrera profesional
Muchas mujeres se enfrentan a un estancamiento profesional en la mediana edad. Aunque hayan alcanzado el éxito en su carrera, a menudo siguen estando por detrás de los hombres en cuanto a ingresos. Sin embargo, hay una serie de oportunidades disponibles para las mujeres que quieran hacer cambios en su carrera. Por ejemplo, cambiar de carrera puede suponer un mayor ingreso o un horario más flexible.
El cambio de carrera durante la mediana edad es un proceso complejo, con muchos sentimientos implicados. Los cambios suelen ser dolorosos y provocan sentimientos de ira, frustración y tristeza. Sin embargo, la crisis profesional de la mediana edad no está exenta de beneficios. Las mujeres deben tener en cuenta el impacto que tendrán sus transiciones profesionales en el mundo.
Según una encuesta reciente, la edad media de las personas que cambian de carrera es de 39 años. Cambiar de trabajo en esta etapa de la vida suele significar asumir nuevas responsabilidades. Por ejemplo, si una persona de mediana edad ha estado trabajando en el mismo empleo durante varios años, puede llegar a un puesto más alto. Esto puede suponer un mayor salario, pero las nuevas responsabilidades pueden causar un estrés añadido. Además, la naturaleza repetitiva de las tareas diarias puede provocar sentimientos de insatisfacción en el trabajo.
Aunque el impulso de cambiar de carrera puede estar motivado por factores del entorno, a menudo está impulsado por un fuerte deseo de cambiar de trabajo. Cuando las circunstancias económicas y vitales son favorables, puede ser difícil resistir el impulso de cambiar de carrera. El deseo de cambiar de trabajo surge de lo más profundo de nuestro ser. Por lo tanto, es importante seguir su corazón.
Después de evaluar su situación financiera, debe determinar cuál es la mejor trayectoria profesional. La decisión puede requerir más formación, educación o reubicación. También es importante discutir tus opciones con tu pareja. Dependiendo de sus circunstancias, puede que tenga que reducir el tamaño de su casa o trasladarse a una zona más barata. Incluso puede que tengas que hacer algunos cambios en tus hábitos de gasto.
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